La conciencia ecológica ha despertado por fin en la mayoría de las sociedades occidentales. Contribuir para detener el cambio climático y, por consecuencia, el deterioro de nuestro planeta es prioritario para muchos de nosotros. De ahí que las energías renovables se hayan convertido en la mejor opción para cuidar el medioambiente y a la vez abastecer cualquier hogar o empresa.
Las energías renovables más conocidas son la energía solar, la energía eólica, la energía hidráulica y la biomasa.
De hecho, la biomasa se ha convertido en una opción destacada en España, donde la rica biodiversidad y la conciencia ambiental han impulsado un cambio significativo en la forma en que calentamos nuestros hogares y generamos electricidad.
Biomasa, transformando residuos en energía
Pero exactamente, ¿qué es? La biomasa, definida por la utilización de materia orgánica para generar energía, es una energía renovable que se alimenta de una variedad de fuentes, desde desechos agrarios hasta residuos forestales.
En España, con su vasto entorno natural, la biomasa se postula como una alternativa prometedora, aprovechando la abundancia de materias primas locales para crear calor, electricidad o combustible renovable, neutro en cuanto a emisiones de CO2 y muy competitivo. Eso sí, según el Instituto de la Ingeniería Española sólo usa un 40% de la biomasa forestal, muy por debajo de la media europea, que se sitúa en el 61%.
Calderas de biomasa: el corazón sostenible del hogar
En primera línea de esta revolución verde, se encuentran las calderas de biomasa. Estos dispositivos ingeniosos no solo cumplen la función de calentar hogares, sino que también desempeñan un papel crucial en la transición hacia una energía más limpia.
Estas calderas funcionan mediante la combustión de biocombustibles naturales como pellets, huesos de aceituna o residuos forestales. Su eficiencia no solo proporciona calefacción y agua caliente, sino que también contribuye a la reducción de la dependencia de combustibles fósiles. Por eso, se las considera las calderas más ecológicas del mercado, ya que se pueden utilizar tanto para generar calefacción a través de radiadores, aire o suelo, como para generar agua caliente.
¿Cómo funcionan las calderas de biomasa?
Las calderas de biomasa, al igual que otras calderas convencionales, generan calor mediante la quema de combustible, creando una llama horizontal que calienta el agua en un intercambiador. La innovación clave aquí es la integración de la tecnología de condensación, que aprovecha el calor latente contenido en los gases de escape.
Pero, ¿qué es exactamente el calor latente? Este término se refiere a la energía necesaria para que una sustancia cambie de fase, ya sea de sólido a líquido o de líquido a gaseoso. En el contexto de las calderas de biomasa, este calor latente se libera cuando los gases de escape se enfrían y el vapor de agua se condensa, generando energía adicional.
Lo impresionante de esta tecnología es que no solo mejora la eficiencia, sino que también ofrece rendimientos excepcionales de hasta el 107%. Además, contribuye a la reducción de emisiones de partículas, haciendo que estas calderas sean una elección ecoamigable.
Tipos de calderas de biomasa
Las calderas de biomasa pueden estar diseñadas para el uso de un solo combustible o de varios. Cuando están preparadas para varios combustibles se les llama calderas policombustibles o calderas mixtas de biomasa.
En cuanto a las calderas para un solo combustible se pueden encontar 4 tipos:
- Calderas de pellets.
- Calderas de leña.
- Calderas de huesos de aceituna.
- Calderas de astillas.
Energía renovable para todos los tamaños
Cabe destacar que las calderas de biomasa se pueden usar tanto en viviendas particulares como en comunidades de vecinos o a nivel industrial.
Calderas para viviendas unifamiliares y comunidades de vecinos
Existen cuatro tipos: las estufas de biomasa, las calderas de baja potencia, las calderas centralizadas y las centrales para varios edificios.
Estufas de biomasa
Las estufas de biomasa funcionan con pellets o leña y se instalan en hogares para proporcionar calefacción a las áreas donde están ubicadas. No solo cumplen la función principal de calentar el espacio, sino que también sirven como una fuente adicional de calefacción y apoyo durante periodos de alta demanda. Además de su funcionalidad, destacan por su atractivo estético, convirtiéndose en elementos decorativos que complementan el diseño del ambiente. Estas estufas cuentan con potencias modestas, alrededor de 10 kW, ofreciendo un equilibrio perfecto entre eficiencia y estilo para el confort del hogar.
Calderas de baja potencia
Diseñadas principalmente para viviendas unifamiliares y construcciones pequeñas, estas calderas cumplen la función de proveer calefacción y agua caliente sanitaria de manera eficiente. Con potencias que oscilan entre 10 kW y 60 kW, se adaptan a diversas necesidades de tamaño. Aunque las versiones más frecuentes y estandarizadas son aquellas que admiten pellets como combustible, existen modelos versátiles que permiten la utilización de diferentes fuentes de energía.
Calderas centralizadas
Las calderas para instalaciones centralizadas están diseñadas para edificios de viviendas. Hay algunos edificios de viviendas que tienen calefacción individual y otros que tienen calefacción central. En este último caso, la instalación de biomasa tendría la misma función que una calefacción central tradicional, solo que el combustible pasa de ser fósil a ser biomasa.
Eso sí, para estas instalaciones se necesitan calderas que generen de 70 kW en adelante. Esta cifra corresponde a una potencia media. Además, estas calderas son policombustibles, lo que significa que aceptan varios tipos de combustibles ecológicos. Según el Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios (RITE), la instalación de calderas de esta potencia requiere la realización de un proyecto.
Centrales térmicas para varios edificios (district heating) o grupos de viviendas
Las calderas diseñadas para sistemas centralizados se usan sobre todo en edificios residenciales. En algunos casos, estos edificios cuentan con sistemas de calefacción individual, mientras que otros optan por calefacción centralizada. En este último escenario, la implementación de biomasa desempeña la misma función que la calefacción central convencional, pero con la notable transición de combustibles fósiles a biomasa.
Estas instalaciones requieren calderas con una capacidad de generación de 70 kW en adelante, considerada una potencia media. Además, estas calderas son policombustibles, lo que significa que admiten diversos tipos de combustibles ecológicos. De acuerdo con el Reglamento de Instalaciones Térmicas de Edificios (RITE), la instalación de calderas con esta capacidad implica la elaboración de un proyecto específico.
Calderas de biomasa industriales
Respecto al uso industrial de este tipo de calefacción, las calderas de biomasa juegan un papel esencial en la transición hacia prácticas más sostenibles. Al categorizarlas en pirotubulares y acuotubulares, se revela la complejidad de su diseño, adaptándose a diversas necesidades y aplicaciones.
Entre las opciones industriales, destacan tres variantes de calderas para la combustión de biomasa: parrillas móviles, lecho fluidizado y suspensión. Cada una presenta un enfoque único para la combustión, ofreciendo flexibilidad y eficiencia. Específicamente, las calderas de parrillas pueden ser fijas, móviles o adoptar sistemas mixtos, proporcionando soluciones adaptadas a cada entorno industrial.
Instalar este tipo de calderas en una empresa para suministrar calefacción y agua caliente supone un ahorro notable y contribuye a la construcción de un futuro más ecológico en el ámbito empresarial.
Mantenimiento de las calderas de biomasa
Según la legislación, las calderas de biomasa requieren, al menos, un mantenimiento anual a cargo de profesionales. Esta práctica se realiza idealmente antes de los meses más fríos o antes de utilizar la caldera. Durante esta revisión, el técnico especializado se encargará de limpiar las partes esenciales y verificar el correcto funcionamiento. En caso de detectar problemas, se procederá a la reparación necesaria.
Además del mantenimiento oficial, los usuarios deben realizar observaciones y cuidados regulares. Esto incluye la limpieza periódica de los residuos generados durante la quema de biomasa y la verificación del funcionamiento y la generación de calor.
Ventajas y desventajas de las calderas biomasa
Aunque la biomasa es una fuente renovable de energía, su uso en calderas presenta tanto ventajas como desafíos.
Ventajas de las calderas biomasa
- Fáciles de instalar: No importa el combustible que se utilice, su instalación es muy sencilla.
- Reducción de las emisiones: la energía de la biomasa tiene unas emisiones a la atmósfera muy reducidas, de hecho es de las formas de energía más limpias.
- Disminuye la dependencia de los combustibles fósiles, principales fuentes de energía no renovable.
- Precios competitivos: Hoy por hoy, el precio de la biomasa es más estable que el de los combustibles fósiles ya que no depende de mercados internacionales como los combustibles fósiles. De hecho, la biomasa es el combustible más competitivo para el usuario, ya que aporta rentabilidad y confort económico.
- Ahorro económico: Su eficiencia energética es superior a la de las calderas tradicionales, lo que significa más ahorro tanto en viviendas particulares, como en edificios y empresas.
- Utilizan una energía limpia e inagotable: Las calderas de biomasa emiten CO2 neutro, ya que proviene de combustible natural que se regenera. Además, la extracción de biomasa forestal ayuda a la limpieza de los montes y los bosques ayudando, así, a prevenir incendios.
- Instalaciones modernas y seguras: Las calderas de biomasa utilizan una tecnología segura y que requiere de un mantenimiento más sencillo, lo que supone tranquilidad total para los usuarios.
Inconvenientes de las calderas de biomasa
Aún así, las calderas de biomasa aún tienen margen para mejorar:
- Aunque tienen una eficiencia energética superior a las calderas tradicionales como son las de gas y gasoil, la eficiencia energética de la calefacción por biomasa es menor que los sistemas de calefacción eléctricos.
- Se necesita bastante espacio para almacenar los combustibles.
- Coste de instalación mayor: Si bien es cierto que el coste de mantenimiento es menor, la instalación no es barata. Sin embargo, a la larga, las calderas de biomasa son más económicas debido a que los costes de combustible son más bajos.
- Menor poder calorífico: Comparado con combustibles fósiles, un kilogramo de pellet tiene la mitad de poder calorífico que un litro de gasoil. En una caldera de pellets, necesitaremos dos kilos de pellet o hueso de aceituna para producir la misma energía que un litro de gasoil.
Así pues, la calefacción por biomasa no solo representa una opción eficiente y sostenible para tu hogar, comunidad de vecinos o empresa, sino que también se alinea con la visión más amplia de una bioeconomía sostenible y circular.
El uso de biomasa cuida el medioambiente al reducir las emisiones de carbono y, además, también tiene el potencial de impulsar las comunidades rurales, aumentar la competitividad y abordar diversos desafíos a los que se enfrenta la Unión Europea.